martes, 3 de agosto de 2010

Naditación Zen



Hace unos días conversaba con Paola Algodón, como por azar... Por azar. Y le decía que entonces me sentía como en piloto automático, ciertamente no era lo que se dice "pleno yo" era más bien "ustedes", ahora, en este instante, en mi mente se cruzan mil ideas y me angustio porque no se definir bien qué es que soy yo y qué son ustedes, jaja, el hombre y sus preguntas. Y le decía que andar en piloto automático es estar loco pero ser muy formal, muy de la casa, ubicuo...

Últimamente he conocido fantásticas luciérnagas y he tenido sueños locos como de niño, algunas de mis fantasías tontas, las cosas a las que me ha sometido mi forma, ahora se tornan más débiles, será porque ya tengo 24 años. Me parece bastante a veces. No me había sentido con la energía suficiente para escribirme y a usted que ahora lee, los últimos mensajitos se me estaban cargando de moscas y no me gusta volver a mi cadáver, he pensado que mi esperanza es tan grande como mi desesperanza y por tal motivo merece todos los honores y la basura que significa ponerle signos a los fenómenos que siempre serán superiores a la simple mente humana. En fin, he regresado a leer a quienes pensaba haber leído y encuentro que acabo de leerlos, ahora los leo y no les creo como antes, siento que es un buen signo tener el valor de dudar y creer en el poder de la duda, aunque ciertamente es una pena. Escribo siempre escribo con dudas.

Otra pena es que no tengo nena ahora, nos dejamos ir. No me angustio mucho, a veces tengo ganas de abrazarla y besarla y verle la sonrrisita alambrada que tiene, otras veces me voy más atrás y pienso en quien la precedió y así sucesivamente, en algún punto me detengo y regreso al presente, parece que entre a más pequeño uno va lo más intenso logra conservarse intacto en la pureza del olvido. Espero que ella ame y viva con todas sus fuerzas, juntos fuimos poderosos, profundamente poderosos, pero fuimos igualmente débiles y ahora monologamos las noches con nuestras fotos.

He viajado un poco y mis viajes han sido muy gratos, espero que cuando necesite de verdad recordar sepa hacerlo con mucho vigor. Escribir sobre eso ya es tarea vana porque mis recuerdos ahora están impregnados de fantasía, porque no los necesito. En algunos minutos viajaré a Putumayo, me encanta esa tierra pero me desagrada sobremanera lo que debo ir a hacer esta vez, hablar con personas sobre lo que hacen y cuánto les cansa y cómo otros se sienten orgullosos de eso. Bueno, todo depende del cristal con que se mire, serán loas según los acuerdos.

Pensaba escribir sobre una mujer que propició un pensamiento agradable y gracioso en mi,ya lo heché a perder, pero creo que será en otro mensajito. Paz, poco a poco. Paz.

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