viernes, 20 de febrero de 2009

Tango en Segunda

EL SILENCIO DE LAS SIRENAS




Existen métodos insuficientes, casi pueriles, que también pueden servir para la salvación.
He aquí la prueba:
Para guardarse del canto de las sirenas, Ulises tapó sus oídos con cera y se hizo encadenar al mástil de la nave. Aunque todo el mundo sabía que este recurso era ineficaz, muchos navegantes podían haber hecho lo mismo, excepto aquellos que eran atraídos por las sirenas ya desde lejos. El canto de las sirenas lo traspasaba todo, la pasión de los seducidos habría hecho saltar prisiones mas fuertes que mástiles y cadenas. Ulises no pensó en eso, si bien quizá alguna vez, algo había llegado a sus oídos. Se confió por completo en aquel puñado de cera y en el manojo de cadenas. Contento con sus pequeñas estratagemas, navegó en pos de las sirenas con inocente alegría.
Sin embargo, las sirenas poseen un arma mucho más terrible que el canto: su silencio. No sucedió en realidad, pero es probable que alguien se hubiera salvado alguna vez de sus cantos, aunque nunca de su silencio. Ningún sentimiento terreno puede equipararse a la vanidad de haberlas vencido mediante las propias fuerzas.
En efecto, las terribles seductoras no cantaron cuando pasó Ulises; tal vez porque creyeron que a aquel enemigo sólo podía herirlo el silencio, tal vez porque el espectáculo de felicidad en el rostro de Ulises, quien sólo pensaba en ceras y cadenas les hizo olvidar toda canción.
Ulises, (para expresarlo de alguna manera) no oyó el silencio. Estaba convencido de que ellas cantaban y que sólo él se hallaba a salvo. Fugazmente, vió primero las curvas de sus cuellos, la respiración profunda, los ojos llenos de lágrimas, los labios entreabiertos. Creía que todo era parte de la melodía que fluía sorda en torno de él. El espectáculo comenzó a desvanecerse pronto; las sirenas se esfumaron de su horizonte personal, y precisamente cuando se hallaba más próximo, ya no supo mas acerca de ellas.
Y ellas, más hermosas que nunca, se estiraban, se contoneaban. Desplegaban sus húmedas cabelleras al viento, abrían sus garras acariciando la roca. Ya no pretendían seducir, tan sólo querían atrapar por un momento más el fulgor de los grandes ojos de Ulises.
Si las sirenas hubieran tenido conciencia, habrían desaparecido aquel día. Pero ellas permanecieron y Ulises escapó.
La tradición añade un comentario a la historia. Se dice que Ulises era tan astuto, tan ladino, que incluso los dioses del destino eran incapaces de penetrar en su fuero interno. Por más que esto sea inconcebible para la mente humana, tal vez Ulises supo del silencio de las sirenas y tan sólo representó tamaña farsa para ellas y para los dioses, en cierta manera a modo de escudo

Franz Kafka, Praga, 1883 - Kierling, Austria, 1924

_________________________
Imagen
Caniglia -Untitled
http://www.beinart.org/artists/caniglia/?GID=898

miércoles, 11 de febrero de 2009

Laura Va - Almendra

Violando Farewell

...de Farewell de Neruda, he tomado esta parte para no decir otra cosa...




Desde el fondo de ti, y arrodillado,
un niño triste como yo, nos mira...

...Yo no lo quiero, Amada.

Para que nada nos amarre
que no nos una nada.

Ni la palabra que aromó tu boca,
ni lo que no dijeron tus palabras.

Ni la fiesta de amor que no tuvimos,
ni tus sollozos junto a la ventana.

Amo el amor de los marineros
que besan y se van.

Dejan una promesa.
No vuelven nunca más.

En cada puerto una mujer espera:
los marineros besan y se van.

(Una noche se acuestan con la muerte
en el lecho del mar.)

Amo el amor que se reparte
en besos, lecho y pan.

Amor que puede ser eterno
y puede ser fugaz.

Amor que quiere libertarse
para volver a amar.

Amor divinizado que se acerca
Amor divinizado que se va.

Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.

Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.

Fui tuyo, fuiste mía. ¿Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.

Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.

Yo me voy. Estoy triste: pero siempre estoy triste.
Vengo desde tus brazos. No sé hacia dónde voy.

...Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós.

Pablo Neruda
_____________________
Imagen
Carrie Ann Baade/Demon Mother
http://beinart.org/artists/carrie-ann-jones-baade/?GID=512

domingo, 1 de febrero de 2009

King Crimson - Fallen Angel

Un -Como Mosquito-. (Cuento rápido)



Esta tarde de convalecencia, después de acordar un Martes de colores con Angelita, salí a la terraza* a tomar el sol para ponerle contra al oscuro virus de la gripa, revisé el paisaje buscando una idea temporal para desvanecer el cotidiano denso y los temores de mañana. Ahí estaba el viejo sol con todos los regalos que brinda en alianza con el mundo y la escasa vista que nos corresponde, el paciente volcán Galeras, las vecinas de terrazas contiguas como buscando algo para la gripa entre sus ropas sucias y mi cabello que quiere irse volando todos los días sin contemplar mi afecto… -todo en su lugar, pensé. Entonces tuve ganas de mojarme un poco para espantarme la pereza, me incliné hacia el cubo de agua que me gusta imaginar sin el molde de cemento y me detuvo una fractura en la tensión superficial del contaminado cuerpito de agua. Era un -Como Mosquito-. Agonizaba el pobre en el ancho mar, agua demasiado mansa para poder salvarse… Lo contemplé por unos segundos, lamenté que no disfrutara del sol como yo, en mi comodidad de ruana y babuchas y decidí intervenir en su fatídico momento. Tomé una semillita de Diente de León, de esas que vuelan coqueteándole al futuro y le ofrecí al torpe bicho una balsa para descansar un poco de la jornada que se notaba extenuante para el, para mi asombro, el orgulloso rehusó mi buena voluntad… En ese momento, inducido por poderosas circunstancias, King Crimson al fondo, me resultó imposible no ponerme en el lugar de dios, -en caso que existiera, me dije, debe sentirse conflictuado salvando a sus hijitos. Así me sentí, dudé de la naturaleza del momento agonizante, del móvil de la muerte para este crimen: ¿Era suicidio? ¿Fue un desafortunado accidente?... Trasladé mi terraza a un estado superior, el popular cielo, pensé en los Ángeles en general y en los que por alguna circunstancia terminaban en algún rincón oceánico, sus razones, su agonía... la mano bonachona del dudoso dios que salva a los caídos.

Ya resuelto, puse mi propia carne, suprimiendo el temor natural del hombre a los bichos, como muestra verdadera de mi coexistencia amorosa con ese ser minúsculo y haciendo lo que tal vez él haría en mi lugar (dios bicho!!), le di en mi mano un camino de vuelta al cielo que dejó de recorrer con sus mundanas intenciones, por esa causa que nunca sabré. Él, resignado a la vida, se aferró a los surcos cutáneos de mis dedos, “escaleras al cielo” pensé pretencioso, sintiendo mi ego regocijarse en engañar una muerte ajena. Le devolví la densidad del concreto, la tibieza del sol mientras se camina débil, sus preocupaciones… Supervisé su caminar confuso, sus contorciones con las que parecía insultarme y sentí vergüenza por mi afán egocéntrico de salvar su vida y sentirme mejor, fui dios mientras tuve gripa y eso me llevó a la vergüenza… Así que resolví escribir sobre esta experiencia para enmendarme en alguna medida con ese -Como Mosquito- cuyo nombre y destino siempre desconoceré. Quise mientras escribía, volver a ver al mosquito y tal vez preguntarle sobre todas las cosas que pasé por alto, pedirle que me dejara poner su foto en este blog para que la gente sepa, y pedirle que insulte a dios (en caso que existiera) de mi parte, en nombre de todos los Ángeles que no dejó morir. Al volver ya no había nada de él en mi terraza a no ser por esta historia que ya me pesa, volviendo a lo habitual.
______________________
*No se porqué se llama terraza, ¿alguien me puede decir?
Imagen
http://beinart.org/artists/craig-larotonda/?GID=575

ADVERTENCIA

El contenido de este blog se ve completo y mejor, Usando MOZILLA FIREFOX o cualquier otro navegador distinto a INTERNET EXPLOTER, que es una mierda.